Al mismo tiempo, la presión ha crecido sobre el poderoso vecino de Siria Turquía, que ha dado refugio a un coronel sirio que se ha unido la revuelta, una decisión que podría incrementar la tensión entre Damasco y Ankara.
"Este veto no nos parará. Ningún veto puede dar carta blanca a las autoridades sirias", dijo el embajador francés ante la ONU Gerard Araud ante el Consejo, compuesto por 15 países.