jueves, 22 de septiembre de 2011

Los griegos van a la huelga entre la indignación por las medidas

Los trabajadores griegos estaban convocados el jueves a una huelga general de 24 horas, que paralizó el sistema de transportes, para protestar contra la decisión del Gobierno de intensificar sus medidas de austeridad para asegurar la llegada de más ayuda y salvar al endeudado país de la bancarrota. Decenas de miles de sindicalistas se preparaban para manifestarse el jueves ante el Parlamento en Atenas, dentro de la primera gran jornada de protesta a nivel nacional desde finales de junio, cuando las marchas diarias culminaban con violentos enfrentamientos con la policía. La huelga de taxis, autobuses, metro y trenes obligó a los usuarios a usar sus coches, provocando kilómetros de atascos y atrapando a los turistas alojados en los hoteles del centro antiguo de Atenas. "La situación es dramática, todas las calles principales están atascadas", dijo un agente de policía de tráfico, que declinó ser citado. Un paro de los controladores del tráfico aéreo retrasó 100 vuelos hasta cuatro horas y decenas más con origen o destino Grecia fueron cancelados. Después de que los inspectores del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea dejaran claro que estaban perdiendo la paciencia por la incapacidad del Gobierno griego para cumplir los objetivos del rescate, el Ejecutivo de Atenas acordó el miércoles medidas de austeridad frontales. Legisladores y economistas temen que una suspensión de pagos de la deuda griega, de 340.000 millones de euros, pueda sacudir los mercados mundiales y arrastrar al abismo a otros miembros de la zona euro como Italia y España, lo que podría escindir la zona euro. El presidente de la división de Goldman Sachs en el exterior, Peter Sutherland, afirmó el jueves que la situación de Grecia representaba una gran amenaza para el euro, mientras Canadá dijo que se podría desatar una crisis bancaria mundial si Europa no controlaba la crisis. Además de recortar las pensiones y ampliar la subida de los impuestos a los bienes inmuebles, el Gabinete envió a 30.000 funcionarios "a la reserva laboral" este año, recortando su paga al 60% y dándoles 12 meses para encontrar un trabajo en el sector estatal o perder el puesto. "NO TENEMOS ESPERANZA" "Es una política que no toleramos, no queremos. Nos oponemos total, permanente y continuamente a ello", dijo Yannis Panagopoulos, presidente del sindicato de trabajadores del sector privado GSEE, a la cadena estatal NET TV. Dado que se prevé que la economía se contraiga al menos un cinco por ciento este año - tras un 4,4 por ciento en 2010 - y el desempleo está casi en el 16 por ciento y subiendo, la mayoría de los griegos tienen pocas esperanzas de que las medidas de austeridad ayuden a la nación a salir de la crisis. "Estamos viviendo con el terror de que podemos perder nuestros trabajos, nuestras vidas. Incluso aunque estos despidos sean necesarios, no nos están tratando como seres humanos", dijo Costas Andrianopoulos, de 32 años, que trabaja en el Teatro Nacional. "Recortan nuestros salarios y nuestras pensiones y lo aceptamos. Ya no me creo que esto sea por el bien del país. Nos hemos sacrificado para nada. No podemos evitar la quiebra. No tenemos esperanza", agregó. La oposición, que tiene una ligera ventaja sobre el primer ministro socialista, Georgios Papandreu, en las encuestas y ha pedido elecciones anticipadas, mantuvo su negativa de colaborar con el Gobierno, lo que ha irritado a los líderes de la UE. El país continúa profundamente dividido entre los trabajadores del sector privado, que dicen que la burocracia estatal está estrangulando a los griegos, y los funcionarios, que dicen que los mayores problemas son la corrupción política y la evasión fiscal. Las nuevas medidas se producen tras advertencias de la "troika" de inspectores de la UE y FMI de que Grecia debe dejar de incumplir objetivos de su plan de rescate a cinco años o perderá el tramo de ayuda de 8.000 millones de euros que necesita para pagar los sueldos del próximo mes. Reuters

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