lunes, 24 de octubre de 2011

Libia trata de enterrar a Gadafi y empezar de nuevo

Incluso muerto, Muamar el Gadafi sigue proyectando una sombra sobre Libia.

Los nuevos gobernantes del país declararon el nacimiento de una nueva Libia mientras cientos de personas desfilaban frente al cuerpo en descomposición de Gadafi en Misrata por tercer día consecutivo, una humillación final que intensificó la inquietud internacional sobre el futuro de Libia y enfureció a miembros de su familia.

Había un ambiente de carnaval en Misrata el domingo, mientras se celebraba la declaración de la "liberación" en la plaza principal, y continuaba el macabro espectáculo de gente haciendo cola para ver los cadáveres de Gadafi, su hijo y jefe del Ejército en una cámara frigorífica del mercado .



Decenas de padres llevaron a sus hijos a ver los cadáveres pese a que en el aire había un hedor cada vez más fuerte de carne visiblemente putrefacta.

"Lo vimos cuando era arrogante. Ahora queremos verlo cuando es humillado. Trajimos a nuestros hijos a verlo hoy porque esta es una oportunidad de ver la historia", dijo un hombre que se identificó como Mohamed a Reuters.

"Queremos ver a esta persona arrogante como un cuerpo sin vida. Que lo vea todo el mundo".

Además del deseo de dejar que todos vean la prueba del fallecimiento de Gadafi, gran parte de la razón por la que se está prolongando el ignominioso cortejo es el desacuerdo entre los rivales regionales de Libia sobre qué hacer con el cuerpo.

Después de años de abandono por parte de Gadafi, Misrata tiene ganas de mostrar el trofeo final de su resurgimiento como una fuerza potente tras meses de sangriento asedio, pero no quiere que sea enterrado bajo su suelo.

Familiares de Gadafi ha pedido que se entierre el cadáver en su ciudad natal de Sirte, como se solicita en el testamento del ex líder, pero el Gobierno interino ha dicho que quiere hacerlo en un lugar secreto para evitar que se convierta en un santuario para sus seguidores.

El hijo de Gadafi Saadi, quien huyó a Níger tras la caída de Trípoli en agosto, dijo en un comunicado que estaba "conmocionado e indignado por la depravada brutalidad" mostrada hacia su padre y su hermano Mo'tasim.

Sin embargo, a pocos libios les preocupa la exposición pública del cadáver de los Gadafi o el hecho de que no hayan sido enterrados antes, como exige la ley islámica.

"Él no es humano ni musulmán, porque lo que él nos hizo no lo podría haber hecho ningún musulmán", dijo Mohamed Ahmed al lado de donde Gadafi yacía en el suelo sobre un sucio colchón en un lugar que se utilizaba para almacenar cebollas.

"Ni siquiera los animales quieren tener nada que ver con él".

Reuters

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